Historia del Rol

Nos encontramos en la época de los feudos medievales que asolaban todo el mundo usando el poder militar así como la ayuda de seres sobrenaturales para gobernarse unos entre otros, mediante la fuerza, el miedo y la intimidación. En esta época, cualquier espada, lanza o arco, vale más que el diálogo, siendo una catástrofe de guerras interminables, que azotan con dolor y tristeza a todos los que viven con ese recuerdo en mente, viendo marchar a padres, hijos, amores, familiares, a la guerra a morir...

Pero llegó un día en que parecía que todo acabaría, con la llegada de una persona, la cual se consideraba a si mismo el salvador de la humanidad: Zhiorne , un galante caballero portando una dorada armadura y una magnífica espada, forjada por maestros artesanos. Zhiorne, acompañado de su ejército de caballeros dorados, cuyas crines y armaduras resplandecían con un fulgor dorado, se ganó el respeto de muchos en batalla, obteniendo victorias aplastantes sobre todas las facciones rivales, llegando a controlar buena parte de las regiones del oeste, como Italia o España.

Pero la victoria para Zhiorne sería efímera... Un enorme mal se cultivaba poco a poco en el norte. Argoth, señor feudal de Malasqa, reunió a una horda ingente de orcos, trasgos, trolls entre otras criaturas, así como demonios y dragones y marchó inexorable hacia el sur, destruyéndolo todo a su paso, tornándolo un enorme yermo pasto de muerte y cenizas, con los cadáveres ardientes humeando, perdidas sus almas en el vacío... Zhiorne decidió responder y marchó junto a sus mejores tropas al encuentro con Argoth y su horda. La batalla era inevitable... En un día tormentoso, azotado por las ráfagas de viento y agua interminables, acompañadas de estrunduosos truenos y relámpagos, azotando ambos bandos por igual... Zhiorne, acompañado de sus 2,000 mejores caballeros y de 15,000 hombres de élite de su infantería se enfrentaban a una horda que superaba los 200,000 enemigos hablando de orcos, sumándole otros incontables trasgos, trolls y dragones...

Empezó la batalla. La caballería de Zhiorne tomó la iniciativa, cargando estrunduosa hacia las filas de Argoth, con Zhiorne al frente, blandiendo su espada Jinete de Tormenta, y con las armaduras de sus caballos de guerra relucientes con un fulgor dorado cegador que aturdió a buena parte de la inmensa horda, hasta que se produjo el choque.. La caballería barrió del mapa a miles de enemigos, a costa de unas preciadas vidas que Zhiorne consideraba sus hermanos y iguales... Sin más dilación, la horda se lanzó hacia la infantería de Zhiorne, mientras varios centenares de enemigos atacaban a la caballería y a Zhiorne...

Pasaron unos pocos minutos. La batalla transcurría lenta y sanguinaria. Argoth había sufrido decenas de miles de bajas, mientras que Zhiorne había sufrido apenas 3 millares de bajas, pero eran bajas cuantiosas, algo que Zhiorne no se podía permitir... Así que a lomos de su fiel corcel blandiendo a Jinete de Tormenta se dirigió al corazón de la diezmada horda enemiga, buscando a Argoth, hasta que llegó el momento del duelo entre ambos generales. Zhiorne era asombrosamente hábil, aunque Argoth no era moco de pavo, aunque Zhiorne cayó en una trampa: Argoth se valió de su poderosa hechicería para arrebatarle la vida innoblemente, causando la disgregación de su ejército, marchando en retirada despavoridos ante la casi invencible horda de Argoth...

Han pasado 20 años desde entonces. Argoth, desde su trono de Malasqa dirige con mano de hierro las tierras arrebatadas a Zhiorne, más los hombres de sus restantes ejércitos siguen manteniendo un control constante de sus tierras, ahora dirigidas por los 7 generales de Zhiorne, nombrados por ellos mismos "Mariscal" , "Señor Feudal" o "Sumo Arzobispo" entre otros, generando rencillas y relaciones tensas entre ellos, aún sin llegar a culminar en una guerra interna...

Todo depende de lo que suceda en el futuro, más no todo está perdido.. Aún hay esperanzas de que Argoth caiga ... La respuesta la tiene...